Kojima fiel a la senda, acelera el paso (sin spoilers)

Kojima fiel a la senda, acelera el paso (sin spoilers)

Sorprendió el rumbo tomado por Hideo Kojima tras la salida de Konami. Crea su propio estudio, negocia la financiación con Sony PlayStation, busca el motor gráfico por medio mundo; y cuando presenta su juego, es un producto con una jugabilidad totalmente original, arriesgado y de nicho. Algo que cogió a todos con el pie cambiado, nunca mejor dicho, y que no apostaba por algo más mainstream que satisficiera a habituales y público general, buscando acción y dopamina a raudales, sino que era algo más introspectivo, pausado, casi anticlimático comparado con los triple A habituales. Death Stranding se presentaba como un «juego de caminar», de gestionar ese camino, de ir mejorando las infraestructuras para hacerlo más transitable, ágil y satisfactorio. Todo ello con una historia apocalíptica, llena de giros de guión y Kojimadas, que personalmente, como fan del autor, no me logró enganchar tanto como su jugabilidad. El juego ha alcanzado una cifra de cerca de 20 millones de ventas, entre la edición original y la Director’s Cut, y ha sido lanzado en varias plataformas (PS4, PS5, PC y XBox). Se ha ganado el derecho de un segundo título de manera más que merecida.

Tras el spoiler en 2022, involuntario o no de Norman Reedus, desvelando que había estado trabajando en la secuela, una avalancha de rumores sobre el nuevo trabajo de Hideo comenzó a inundar las redes. Algo que me sorprendió de la gente era que parecían elucubrar qué tipo de juego iba a presentar, barajando la idea de qué podría cambiar su jugabilidad y presentar algo diferente, orientado a la acción. Y si bien ha habido cambios en la jugabilidad, me parecía una idea muy peregrina pensar que todo el trabajo realizado en su primera parte, su leitmotiv, iba a cambiar de manera radical presentando algo totalmente diferente. La base del juego es la misma, y es normal y lícito, que cuando afrontas una secuela tengas la opción de no desechar todo el trabajo anterior, sino que potencies y actualices muchas de las características que consideras mejorables. Algo que ya se instituía en la Director’s Cut lanzada posteriormente.

La excelencia técnica

La búsqueda del motor para su juego, como todo con Kojima, hizo correr ríos de tinta electrónica, con fotos de sus encuentros con los directores de varios estudios (cómo le gusta sacarse fotos al japonés). Al final encontró en Guerrilla y el motor que da vida a Aloy y su mundo, el motor décima, su aliado perfecto.

Ya en la primera parte el nivel era muy alto en esa EEUU que querían plasmar, con alguna de las mejores capturas de rostro y actuaciones que había visto jamás, pero se han superado en esta secuela. El realismo en los escenarios, la iluminación, aprovechando que ahora hay ciclo de día y noche, la salida/puesta de sol, superar las nubes y ver tras un día lluvioso que arriba luce el sol, deja unas estampas que hará gastar el botón de captura a los adictos al modo foto. Los modelados de los protagonistas rayan el hiperrealismo, en ocasiones superando el valle inquietante haciéndote ver «simplemente» una persona real.

La música es otra gran aliada, con más variedad que el primer capítulo, hará que te pases días tarareando los nuevos temas. Ahora con la opción de poner esas canciones en medio de los viajes, pueden crear una sinestesia entre gráficos y sonido, que en ocasiones llenan un poquito el alma.

He jugado en una PlayStation 5 PRO, donde todo se mueve con una calidad gráfica y una suavidad envidiable; pero también he visto que las diferencias con la normal son mínimas, por lo que es de recibo destacar la entrega de un juego tan pulido y sin bugs, tal y como está el panorama actual.

Más posibilidades, ¿Menos Death Stranding?

Una de las críticas que se ha hecho a esta segunda parte es que resulta todo más sencillo al inicio y que da herramientas, todos apuntan a los vehículos, para hacerla más fácil para el nuevo jugador, para atraer a más gente que antes. He rejugado de nuevo el primer título hace unas semanas al 100%, y puedo asegurar que también tenías vehículos pronto, que podías atravesar montañas con ellos, etc… Esta segunda parte tiene más diversidad, las misiones son más variadas y sí que tiene un mayor enfoque en la acción, tanto por misiones, como por el control del personaje, mejor optimizado, así como más herramientas para afrontarlas, pero dudo que si la idea del primero no te atrajo en su momento, posiblemente este tampoco lo haga. Todo esa supuesta ayuda no elimina encontrarse de igual manera en situaciones donde tienes que buscarte la vida, en las que estás sin recursos y una escalera o un anclaje de otro jugador te salva el día. Sigue teniendo esos momentos de soledad de tu personaje contra el mundo, de perderse, de orientarse. No es ningún paseo y las situaciones difíciles también se dan, si bien es cierto, que los que vienen curtidos del primer juego sabemos mejor cómo afrontarlo.

He valorado muchísimo las mejoras de calidad de vida que, ya se intuían en la Director’s Cut, y que hacen el control de menús y del protagonista mucho más ágil, rápido y efectivo; esa diferencia hace mucho mejor esta secuela, de ahí que ahora, por ejemplo, las incursiones en zonas enemigas sean interesantes, atractivas de llevar a cabo; cuando en el original intentaba evitarlas lo máximo posible porque jugablemente tenían muchas carencias.

Lo mismo ha pasado con los combates contra enemigos finales que, aunque siguen para mí lastrados por el hecho de tener al personaje casi siempre ralentizado por la brea, tienen mejores mecánicas y resultan más divertidos.

Hay también cambios en las infraestructuras ya conocidas, así como otras nuevas, que van a cambiar bastante la planificación previa que hacías sobre el terreno y, también jugando con nuevas opciones en sus usos, generan muchas más posibilidades creativas.

Historia más centrada y efectiva

Algo que, evidentemente, se pierde con esta secuela es la sorpresa, no sólo por su mecánica de juego, sino por el mundo que mostraba. La innegable originalidad de este universo que presentaba el autor japonés era muy inquietante, y parte de la trama del primero juega con ir desvelando qué es lo que ocurría en él. Ahora nos encontramos con un escenario ya conocido del que surge una nueva situación que vuelve a poner a su protagonista en marcha.

El detonante de este nuevo capítulo es muy potente, desagradable e inesperado, y me tuvo enganchado para saber qué ocurriría a continuación.

Aunque viajas solo, esta vez te acompañan una suerte de compañeros, que vas conociendo poco a poco. Tienes una base móvil donde se entrelazan situaciones entre ellos, que va generando una camaradería y se intenta crear algo parecido a una familia. Muy del estilo del grupo y la nave Normandía, de la saga Mass Effect, pero sin tanta interactividad entre los compañeros como en esta, con lo que quizás no se alcanzan las mismas cotas de profundidad.

La historia me parece mejor encauzada que en el primero, me ha gustado más. Tiene sus giros de guión, algunos se ven a kilómetros, otros te sorprenderán. Un pero que le pongo es que hay un personaje calcado a otro del primer título y su mecánica es exactamente la misma, quizás aquí podrían haberle dado una vuelta para hacer algo más original. En conjunto me ha parecido muy satisfactoria, siempre tienes ganas de avanzar y no me ha hecho perder el interés, quizás en el primer juego no llegué a empatizar tanto con el destino de los personajes, a excepción de BB.

Ayuda también mucho una suerte de glosario «CORPUS», puedes acceder a él incluso en las cinemáticas, que te mantiene al día de cualquier duda que puedas tener ante cualquier término que se nombre, como de la trama: imposible perderse, y en un juego de mundo abierto en el que puedes tardar en continuar la historia principal me parece un acierto.

Más juego, misma esencia

Kojima ha mejorado todo lo que rodeaba a la experiencia jugable en esta continuación. Ha dado al jugador un mejor control, más opciones y más diversidad de misiones, pero respetando el espíritu del original.

Ha presentado un apartado tecnológico puntero y muy pulido. Una historia interesante y que atrapa hasta su conclusión.

El título desprende calidad y buen hacer, con todo el tiempo y la pasión del equipo nipón. Sigue siendo un triple A diferente, que no busca la aceptación popular por la vía rápida. El juego implica aceptar sus mecánicas y muchas de ellas echarán atrás a muchos de los que se acerquen.

Sólo confío en que quizás ese ritmo más fluido ayude a muchos a no abandonar la senda y perseverar en un camino que merece la pena recorrer, llegar al final y echar la vista atrás te hará valorar mucho la experiencia.